lunes, junio 07, 2004

Lo que quedaria del mundo tras un imaginario cambio climatico

Por Fernando Alonso Barahona

Sobre la película "El Día de Mañana"

Los impresionantes efectos especiales son el principal reclamo publicitario para una película con otras virtudes, como la humanidad de algunas escenas el caos de la destrucción total.

5 de junio. El científico Jack Hall está obsesionado con el calentamiento global de la Tierra y la posibilidad de una nueva era glacial. Las advertencias de la ciencia llegan demasiado tarde, un día Hall contempla cómo un bloque de hielo se desgaja de la Antártida. Después comienza a llover granizo, hay vientos huracanados, nieve en la India, frío y desolación por doquier. La catástrofe ha comenzado, el derretimiento de la capa de hielo polar pone al planeta al borde del precipicio. La evacuación de Nueva York comienza y con ella el caos y la muerte.

Roland Emmerich (StarGate, Independence Day, Soldado Universal) vuelve al cine de catástrofes en la estela de El coloso en llamas y San Francisco o Terremoto con una película que es como un "más difícil todavía" en el terreno de los efectos especiales. El esquema es el de las películas mencionadas: un drama humano envuelto y traspasado por la catástrofe que permite vivir casi en directo las glaciaciones, el frío helado asolando el mundo y, literalmente, el fin de nuestra civilización. Nada por cierto original a la vista de Deep Impact, la misma Independence Day o Armaggedon. Por otra parte, el escenario humano y los conflictos personales están a años luz de la maravillosa San Francisco de W.S. Van Dyke (1936), por poner el ejemplo más clásico y antiguo del film de catástrofes.

Mel Gibson rechazó el papel protagonista, lo que sin duda ha disminuido el impacto de la obra (ésa era la gran ventaja de Terremoto, contar con Charlton Heston y Ava Gardner encabezando el reparto), finalmente protagonizada por el más gris Dennis Quaid.

No faltan momentos brillantes: la búsqueda de medicamentos en un barco naufragado en las calles de Manhattan o ese plano impactante del incendio de la Biblioteca Nacional en el que un hombre salva una Biblia como símbolo de futuro y esperanza. En otro instante curioso un mendigo le enseña a un grupo de millonarios cómo se sobrevive en el frío y la indigencia. Estos detalles y la espectacularidad de los efectos especiales eleva la categoría de la película de Emmerich, siempre y cuando uno no entre en los absurdos debates políticos (o medioambientales) que algunos han querido construir. El día de mañana es un simple divertimento, sin más complicaciones, a la que cabe achacar la mediocridad del guión y de los personajes, pero a la que salva la grandilocuencia de las escenas espectaculares que convierten a Nueva York (símbolo del mundo civilizado) o a las históricas avenidas londinenses en un inmenso cementerio acuático.

El día de mañana [The day after tomorrow].
Estados Unidos, 2004.
Director: Roland Emmerich.
Guión: Roland Emmerich y Jeffrey Nachmanoff.
Fotografía: Eueli Steiger.
Música: Harald Kloser.
Con Dennis Quaid (Jack Hall), Jake Gyllenhaal (Sam Hall), Ian Holm (Terry), Emmy Rosum (Laura), Sela Ward (Lucy), Austin Nichols.

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