martes, setiembre 06, 2005

Argentina se prepara para el Año Polar Internacional

Publicado en www.clarin.com/
Por María Arce, de la redacción de Clarín.com
marce@claringlobal.com.ar
6 set 05

El encuentro se realiza cada 50 años. Entre 2007 y 2009, los Polos se llenarán de científicos en busca de datos. Nuestro país realizará 15 investigaciones especiales para determinar los efectos del cambio climático.
En el Instituto Antártico Argentino (IAA) están con más trabajo que de costumbre. Por estos días ultiman los detalles para que científicos argentinos participen del Año Polar Internacional, una iniciativa que se realiza cada 50 años en ambos polos y en cuya próxima edición intervendrán unos 40 países. El Año Polar Internacional (IPY, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en tres ocasiones distanciadas más o menos por medio siglo. La idea del primer encuentro de científicos dedicados al estudio de los Polos fue de Karl Weyprecht, un austriaco que comandó una expedición entre 1872 y 1874. En 1882, la primera edición del IPY produjo una declaración en la que se reconocía que de los polos se sabía poco y nada y que era necesario impulsar investigaciones. Aquella reunión de expertos incentivó también las primeras expediciones importantes del siglo XX. Cincuenta años más tarde, en 1932, la segunda edición del IPY –conocido entonces como Año Geofísico- abría las puertas para que se instalaran en los polos 40 bases de forma permanente. Para la tercera edición del IPY no hubo que esperar otros cincuenta años; en 1957 científicos del mundo, incluidos argentinos, se reunieron en torno al frío de los polos y sentaron las bases para lo que hoy se conoce como Tratado Antártico (1961). Este tratado establece un régimen jurídico especial que “congela” –nunca más apropiado el término- los reclamos de soberanía sobre el continente blanco, incluidos los de Argentina, e impulsa que sea una zona de paz destinada para el estudio científico. Así, las pretensiones de 12 países quedaron stand by, incluido EE.UU. que si bien nunca reclamó un metro de la Antártida, se reservó el derecho de hacerlo en el futuro. No hay que olvidar que el continente es el mayor reservorio de agua potable del mundo. Cada IPY no es un año calendario en sí sino dos. Su cuarta edición, tendrá lugar entre 2007 y 2009 para que los especialistas puedan investigar la vida en pleno durante dos veranos enteros en ambos polos. De cara al 2007, el IAA entregó en enero pasado doce intenciones para participar en el IPY y antes de fin de año debe completar de exponer los detalles de los 15 proyectos que fueron aprobados, contó a Clarín.com Sergio Marenssi, geólogo y director de la entidad. En ellos ya está asegurada la presencia de más de 25 científicos argentinos, aunque Maressi anticipa que serán muchos más. Para que puedan llevarse a cabo estas 15 investigaciones, las seis bases argentinas permanentes en el polo sur recibirán a los científicos que se alisten en ellas. Los proyectos argentinos tienen algo en común: ayudarán a saber cómo el cambio climático provocado por el efecto invernadero puede afectar al país. ¿Qué se espera de esta cuarta edición del IPY? “Que se genere una cantidad de información como nunca antes se ha recavado”, dijo Marenssi quien explicó que esos datos serán luego compartidos entre los científicos. Para financiar este proyecto, el dinero saldrá en parte de las arcas de las Dirección Nacional del Antártico, de donde depende el IAA, y supondrá alrededor de un 20 por ciento más en el presupuesto de $7 millones que recibe cada año. Al Instituto Antártico le queda esperar la respuesta de las Fuerzas Armadas que darán el apoyo logístico y de algunas dependencias oficiales que ayudarán a financiar estos proyectos adicionales. La participación argentina en el IPY cobra aún más importancia porque le llueven pedidos de colaboración de otros países que tienen recursos financieros para realizar investigaciones pero que carecen de la estructura necesaria en la Antártida. La mayor preocupación de los científicos sigue siendo los cambios en los polos a raíz del efecto invernadero. Marenssi sostiene que “faltan muchos datos, hace muy poco que el hombre realiza mediciones sobre el clima. Por eso se necesita más información e investigaciones y para eso nada mejor que el IPY”.

Ver más información en http://www.ipy.org/

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