sábado, diciembre 29, 2007

Chile apoya campaña antártica 2007-2008 de Argentina

Sin Chile no habría campaña antártica
Publicado en Nuestro Mar (Argentina)
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El país recurre a la utilización de instalaciones antárticas trasandinas para efectuar el relevo y abastecimiento de todas las bases en la Campaña de Verano 2007-2008.
La Argentina -mientras tenía el Irízar- usaba la base Vicecomodoro Marambio como centro para el despliegue de científicos, personal militar y logística a las bases y destacamentos criollos, pero el incendio del rompehielos dejó al país sin esta capacidad. El Irízar concentraba a bordo todo el combustible para las bases y la mayor parte del personal de relevo. Luego se desplegaba por helicópteros (que también se quemaron en el incendio) a Marambio y de allí al resto de las bases.
Ahora la operación tiene que resolverse con la utilización obligada de la base trasandina Frei. Se llegó a este acuerdo tras una serie de conversaciones entre el titular del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Jorge Chevalier, y su par chileno, general de aviación Iván Fabry Rodríguez.
La base Presidente Eduardo Frei es la mayor base antártica de Chile y está ubicada en la península Fildes, porción desprovista de hielo que facilitó la construcción de una pista de aterrizaje. Esta pista tiene unos 1.300 metros y opera con una frecuencia de alrededor de 50 vuelos intercontinentales y 150 intracontinentales por temporada. Es el punto distribuidor de personal y pertrechos más activo durante los meses de verano hacia distintas bases del sector antártico.
El despliegue de personal científico y de militares se realiza por medio de aviones Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina que parten desde el continente: Ushuaia, Comodoro Rivadavia o Río Gallegos, y aterrizan en Frei.
Una vez allí, el pasaje se trasborda a los buques de la Armada afectados a la denominada Operación Oeste, que comprende el relevo, despliegue científico y reaprovisionamiento de las bases permanentes General San Martín, Orcadas, Teniente Jubany, Esperanza y las transitorias Decepción, Almirante Brown, Primavera y Campamento Livingston.
En la Operación Oeste participarán: el buque de transporte Canal Beagle, que demoró su zarpada del puerto local hasta el miércoles 26, y no pudo completar su carga por retrasos en trámites burocráticos entre Economía y Defensa que impidieron la compra de combustible para las bases; el buque polar Puerto Deseado, amarrado en Mar del Plata, con un motor averiado y sin fecha cierta de partida; el buque logístico Patagonia, en alistamiento; el aviso Suboficial Castillo, el único que se encuentra en aguas antárticas, y el escuadrón aeromóvil Hércules C-130, dos aviones que hacen el puente hacia Frei. Aún los chilenos no hablaron de dinero, pero se sabe que el soporte logístico en el continente helado es un servicio que se cotiza muy alto por las condiciones rigurosas de operación. Defensa y el Estado Mayor Conjunto, responsable operativo del sostén logístico antártico, sueñan con que un «gesto» de cooperación bilateral salve al presupuesto de erogaciones no previstas.
Hay antecedentes contrarios: la Fuerza Aérea chilena pasó la factura por una serie de vuelos (4 a razón de 6.800 dólares cada uno) de traslado de personal argentino entre Vicecomodoro Marambio y la base Frei en los que se utilizó un avión Twin Otter 300 y los servicios de la pista de Frei. Nilda Garré ya tuvo que pedir al jefe de Gabinete Alberto Fernández un refuerzo de 8 millones de pesos, que se aplicó al contrato de licitación del rompehielos ruso Vasily Golovnin. Por razones aún no del todo claras, el arribo del Golovnin se retrasó y el cronograma de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) ubica la partida del puerto de Ushuaia hacia su destino, la base Vicecomodoro Marambio, recién para el 30 de enero.
Esa fecha prolonga la agonía del racionamiento de combustible a que estaba sometida la base. La carga principal del Golovnin consiste en más de un millón de litros de gasoil para calefacción y generación de electricidad. Como se recordará, todo el sistema antártico recibió la directiva de limitar a niveles de emergencia el consumo de combustible y las raciones luego del siniestro del Irízar. Esa medida apuntó a conservar el stock de las bases que según protocolos internacionales deberían estar en capacidad de sobrevivir un año sin reabastecimiento.
El retraso del Golovnin dejó en el camino programas científicos que se iban a desarrollar en campamentos temporales desde Marambio. El tiempo útil en la Antártida está acotado a los meses de verano, el umbral no puede excederse porque se reducen a cero las posibilidades de los científicos de regresar al continente. Y un exceso de personal en una base obligaría a la dotación permanente a limitaciones que se sumarían a las condiciones actuales de emergencia. Por: Edgardo Aguilera

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