domingo, febrero 15, 2009

Francisco Solana expone óleos y fotografías en España

Publicado en laopiniondemurcia.es
por MARÍA JESÚS GALINDO.
13feb09
Empeñado en plasmar la luz más pura del planeta, el pintor cartagenero Francisco Solana viajó a la Antártida, donde tomó cerca de seis mil fotografías para captar el reflejo de la luz en una pared de hielo. "Es una aventura peligrosa, cara y arriesgada. Te juegas el pellejo, pero estoy contento con el resultado", señaló ayer el artista que ayer inauguró una exposición con 27 óleos sobre su experiencia antártica.
La aventura de Solana, comenzó el año pasado cuando viajó a la Antártida con el apoyo del ayuntamiento de Cartagena. Se embarcó en un velero del siglo XV junto con otros diez tripulantes, entre neoyorkinos, alemanes, británicos y croatas, desde Ushuaia (Argentina) hasta llegar a la latitud, 65 grados quince minutos, "donde ya no puedes bajar más. Todo es hielo", dijo.
Pasando por Puerto Williams (Chile) hacia las pequeñas islas del Cabo de Hornos y de allí a Isla Decepción, donde está la base Gabriel de Castilla. "Pasamos por los canales antárticos hasta la estación Bernaski, que Isabel II vendió por una libra a Ucrania. Allí nos dimos contra una roca y pasamos cinco días con agua a un grado. De ahí que el título de uno de los cuadros sea Perdidos", comentó.
La luz en esta zona incide a unos 70 grados "y es muy grisácea, pero los blancos generan una serie de luminiscencias muy complicadas de plasmar, pero si lo consigues haces unos lienzos únicos", destacó Solana, quien recuerda con nostalgia la luz violeta de la Antártida a las cinco de la mañana en sus turnos de guardia en el barco. El artista, que ha hecho varios trabajos en Miami Beach y en el sur de España, ha utilizado el lino y el algodón para sus óleos y pigmentos por la mezcla de texturas de ambos materiales. En su trabajo también hay 200 instantáneas aéreas que tomó planeando por el canal de Beagle.
Aunque ya tiene un proyecto en Sudáfrica, "para viajar de Johannesburgo a Ciudad del Cabo y quizá Pretoria por la inmigración", confesó: "Me he enganchado con el hielo y quiero ir al Polo Norte con perros y trineo. El hielo es duro, pero muy bonito de pintar. Olas de treinta metros, bajo cero, miras el agua y es negra. No puedes avanzar por los bloques de hielo. Lo que más me gustó fue el primer iceberg que vi de más de cinco metros de altura y el ruido del viento cuando sopla".
La exposición se acompaña con un documental de media hora sobre el viaje del artista. "Espero que al público le guste y que se crean que la luz de la Antártida es gris, como verán en el vídeo".

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